martes, 30 de noviembre de 2010

Ignorante

Siempre habrá preguntas sin respuesta, pero como buen ser humano, mi naturaleza es seguir cuestionando todo, aunque nadie me dé la respuesta o tal vez, en el mejor de los casos, alguien la responda pretendiendo entenderte. Aunque sea con la mejor voluntad, no se llega a ningún lugar, pero ¿qué propósito habría si no cuestionáramos el mundo? Empezaré con cuestiones hacia mí mismo, al contrario de cuestionar a los demás, una pregunta que aún me atormenta y que, sobre todo, aún me lastima, aún no me perdono: ¿por qué no pude ver en ti lo que viste en mí? Podría ser simple naturaleza, pero no me es suficiente justificar algo tan duro de esa manera, tan vana. Quisiera acompañar la pregunta con una disculpa, con un perdón, aunque tú ya lo hayas concedido, no me basta, necesito mi perdón, y no sé cuándo llegará. Ahora vienes las preguntas para ustedes, aunque más que para ustedes, para él. ¿Por qué? ¿Por qué no pudieron ver en mí lo que yo vi en ustedes? ¿Por qué no pudo ser otra tu elección? ¿Por qué no decidiste hablarlo antes de que le fueras infiel? ¿Por qué no era otra casa la que visitabas, apenas unos metros a lo lejos? ¿Por qué no fue el beso de vodka el que disfrutaste? ¿Por qué no fue otra cita en el mismo café tu favorita? ¿Por qué no fue tu decepción conmigo? ¿Por qué viste en mí lo que yo no te quería dar? ¿Por qué tuviste tanto miedo de perderme? ¿Por qué tú también viste lo que yo no te quería dar? ¿Por qué no? Sólo quiero saber el porqué. O puedo intercambiar esa opción por no agregar otra pregunta aunque me quedé sin respuestas de las anteriores. Por favor. Y a ti, de verdad, perdóname, aunque no sé si yo pueda perdonarme.

martes, 23 de noviembre de 2010

The Invisible Man

El primero, como siempre, lo peor, lo más difícil, cuando más nervioso estás, cuando más observado te sientes, aunque ni la mitad de los que apuestas están a la expectativa de ti. Siempre pasa, ego al fin, llegar y sentir que todo mundo emitirá una opinión, crítica, y le tememos, cuando la mujer invisible se queda sin su poder a nuestro lado. No es queja, me siento cómodo, sin nadie juzgando ni prejuiciando, lo malo es cuando quieres dejar de ser invisible, no sé como llegué ahí. Tal vez lo decidí así, no sé en qué momento ni bajo qué circunstancia pero así pasó. Pasó.